Apresurado Beatito, fue tropezando queriendo llegar lo antes posible con el guardia y cuando estaba apunto de llegar comprobó que el enemigo se acercaba a lo lejos. En ese momento sintió que la piernas le temblaban y apresuradamente gritó:
"¡Corred todo lo rápido que podáis!"
En su interior aún esperaba oír las buenas noticias y que todo volviera a estar en paz.
Sin embargo, estaba claro que el ejército enemigo llegaría a la ciudad antes de los soldados. Beatito decidió:
Abrir las puertas, para que entrasen todos los soldados posibles